El atacante ingles llegó al Manchester United como un chico malo y se marcha de allí como una autentica leyenda, ahora vuelve al lugar donde su historia empezó.
Hablar del Manchester United en los últimos años es hablar de un nombre propio, Wayne Mark Rooney, la última pieza de un equipo que maravilló al mundo del fútbol. El oriundo de Liverpool se convirtió en el gran referente de la última etapa de Sir Alex Ferguson al frente de los “red devils”, donde compartió plantel con jugadores de la talla de Rio Ferdinand, Gary Neville, Nemanja Vidic, Paul Scholes, Ryan Giggs, Ruud van Nistelrooy, Cristiano Ronaldo y un desfile interminable de figuras del balompié. 
Muchos futbolistas pasaron por el equipo y se marcharon, incluso el mismo Ferguson, terminando así con el gran ciclo ganador y empezando un difícil proceso renovación. Al final, en esta temporada, hemos visto a un Rooney ante la frialdad del banquillo, la perdida de importancia y un técnico experto en desprender clubes de sus leyendas y capitanes. Ahora ha decidido regresar al lugar donde comenzó su historia, el Everton, con la intensión de cumplir sus sueños de adolescente, y claro, llegar a tope para Rusia 2018.
Un joven rebelde amante del boxeo
Wayne Rooney, nacido el 24 de octubre de 1985 en Croxteth, fruto del matrimonio de Thomas y Jeanette Marie Rooney, tenía el boxeo en su sangre. Wayne había visto la labor que desempeñaba su padre (instructor de boxeo) y había quedado encantado, fue su primera pasión y lo que soñó realizar algún día. 
El fútbol llegó a su vida a partir de la escuela, pasó por varias academias para niños y lo practicó en los campeonatos del colegio, siempre resaltaba del el resto y con un número de goles escandaloso. Tal era su talento que el ojeador de juveniles del Everton F.C. lo fichó para las divisiones inferiores cuando solo tenía 11 años en 1996. Pero en el año 2000 la historia parecía cambiar: Rooney, de 14 años, no quería seguir jugando al fútbol, su carácter fuerte, autoritario, atrevido y rebelde no le permitía seguir las órdenes de un director técnico, le gustaba practicar deporte por instinto y libremente, lo que le permitía el boxeo, además que seguiría los pasos de su padre.
Cuando Wayne empezaba a fallar repetidamente a los entrenamientos, aparece el hombre de la clave, un entrenador de las inferiores del Everton llamado Colin Harvey. 
Conociendo las habilidades del joven futbolista, Harvey intentaba persuadirlo cada vez que conversaban, le hizo saber que él era especial y que con su talento destacaría notablemente en la Premier League. Al final el chico se centró en el fútbol y su ascenso entonces fue meteórico. Siempre figuraba en cuanto torneo participaba, hecho que llevó que a solo 2 años de su amague de retiro, con 16 de edad, fuera puesto en el primer plantel del equipo “Toffee”. El marco de su primer gol y consolidación no pudo ser mejor: fue en Goodison Park, ante el recordado “Arsenal de los invencibles”; controla el balón por la banda derecha, quiebra hacia el centro y saca un remate de más de 25 metros que se cuela por el ángulo de la mano derecha del portero, cortando así una racha de 30 partidos sin perder de los dirigidos por Arsene Wenger.
El “bad boy” sobre el rectángulo de juego
Mientras sus virtudes futbolisticas brotaban, también su temperamento y caprichos sobre el terreno de juego, era constantemente amonestado e incluso expulsado gracias a sus conductas propias de un rebelde sin causa. Al final de su segunda temporada tiene problemas con un Everton que estuvo a punto de descender, exige su salida del club y rechaza una renovación de 5 años. Al final termina fichando por el Manchester United por la ostentosa cifra de 25,6 millones de libras.
Con solo 18 años y de la mano de Sven-Göran Eriksson, debuta en la selección absoluta de Inglaterra, ganándose tiquete directo a la Eurocopa de 2004. En dicha competición fue la gran revelación, comando a una selección cargada de figuras del fútbol con experiencia y se evidenció su ruda (a veces malintencionada) forma de jugar. Al final se termina marchando de la competición por lesión.
En el Mundial de 2006 participó esporádicamente en algunos encuentros de la primera fase, pero fue en el partido de cuartos de final frente a Portugal donde “Wazaa” se hizo sentir. 
La situación se desencadenó cuando el atacante ingles pisó en la entrepierna al defensor Ricardo Carvalho y se increpó a empujones con su compañero de plantel Cristiano Ronaldo, quien precisamente alertó al árbitro de lo ocurrido y provocó la expulsión. Aunque se armó una gran polémica a la vuelta de ambos al United, al final liman asperezas y crean una dupla de ensueño que hasta ahora no olvidan en Old Trafford.
Una leyenda viva del Manchester United
Desde sus primeros toques en el equipo de Manchester siempre dejó su imprenta con goles y buenos momentos. Con el paso de los años, experiencia y matrimonio con Coleen McLoughlin (a quien conoció en la secundaria), su carácter fue cambiando y su juego volviéndose más completo. Era un volante polifuncional, hacia labores de asistente, encaraba, tenía visión de juego, se movía estratégicamente en el campo, sabía manejar los tiempos y anotaba goles por cantidades.
Entre los tantos momentos memorables con la camiseta roja se pueden destacar: su primer título (copa de Inglaterra) en 2006, la Liga de Campeones y Mundial de clubes de la 2007/08, 
su centenario de goles en la temporada 2009/10, su espectacular gol de chilena en 2012 para ganar el derby contra el Manchester City, y un día que lo llevó a superar los registro de quizás la mayor leyenda del Manchester United; el 21 de enero de 2017 se proclama como el máximo goleador histórico del club tras anotar una auténtica joya, el gol 250 frente al Stoke City en el Bet365 Stadium. Al final se marcha del club con los imponentes registros de 253 goles y 145 asistencias en 13 años como red devil.
Deuda con la selección Inglesa
En 2015 Wayne Rooney puso otra marca que tardará años en ser superada: ser el máximo goleador histórico de la selección absoluta de Inglaterra. Fue en un partido frente a la selección de Suiza por las eliminatorias para Rusia 2018, al minuto 84, de penal, se encargó de anotar en su historial un número redondo, nada menos que 50 goles, lo que le permitió dejar atrás y tumbar (una vez más como en el United) el récord de goles de Sir Bobby Charlton.
Lo cierto es que aunque esta hazaña es casi imposible de superar (al menos en los años próximos), a Rooney siempre le reprocharan sus ausencias en las citas más importantes de su selección. Y es que en los Mundiales y Eurocopas en las que tuvo la oportunidad de participar, nunca anotó o figuró en los partidos vitales, ya sea por lesiones, expulsiones o bajos rendimientos, encontrando en los partidos de clasificación el lugar ideal para liderar la selección. Al final, y como ha pasado con tantas grandes generaciones de futbolistas ingleses, la selección siempre quedará ad portas de luchar por algo importante a nivel continental, una verdadera lástima. Hasta ahora la cifra exacta es de 53 goles, a la espera de lo que resta de eliminatorias y su nueva presencia en un Mundial, que cómo el mismo Rooney afirmó, será su última gran competencia antes del retiro.
Siempre excéntrico y polémico
Su matrimonio ha sido turbulento. En 2004, cuando solo eran novios, los medios incendiaron la relación con la noticia de que el futbolista había contratado los servicios de una prostituta. Años más tarde, nuevamente los rumores sobre infidelidades rodean su matrimonio con Coleen McLoughlin, llegándose a decir que Rooney estuvo con otra mujer cuando esperaban a uno de sus hijos.
Las vacaciones de Rooney siempre parecen ser bastante prendidas, constantemente se le suele ver subido de peso, en discotecas y recintos donde el alcohol está por todas partes. Recientemente se conocieron fotos del jugador bebiendo en una boda donde había sido invitado de forma espontánea en plena concentración con la selección inglesa. En dichas fotografías se le puede ver incluso con la sudadera de la F.A.
Uno de sus pasatiempos favoritos es el casino, recientemente los medios ingleses arremetieron contra Rooney ya que se revelaron fotografías del “astro” apostando a placer en Las Vegas. Se dice que es un jugador compulsivo y que ha dejado miles de dólares en partidas de tan solo 2 horas.
Se acaba una gran era en el Manchester United, el último resquicio del paso ganador de Ferguson ha partido y ahora, de la mano de José Mourinho y un proyecto plagado de dólares, el club de Old Trafford busca recobrar la gloria perdida en los últimos 4 años. Por su parte, Rooney vuelve al lugar donde todo empezó, el Everton vuelve a ser su casa tras 13 años y luego de declinar ofertas mucho más importantes económicamente. Una gran decisión de Wayne Rooney, quien ahora va a disfrutar dos años en la Premier League con la continuidad que necesita para finalmente sellar con broche de oro su carrera en el Mundial de Rusia 2018.
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